lunes, 28 de noviembre de 2016

Mentiras ocultas

Se conocieron una noche lluviosa, más bien diría de tormenta, y conectaron más de lo que se cabría imaginar. Estuvieron toda la noche hablando sobre su vida, sus estudios y sobre los desamores que les habían marcado, cualquiera que los viera podría intuir que acabarían juntos más pronto que tarde, y así fue sólo fue cuestión de días pues tras ser mejores amigos, sucedió. Él acababa de llegar de jugar un partido que su equipo había perdido, ella en cambio estaba con su novio,  el primero de muchos, al verle lo mal que estaba decidió hablar con él en el baño y sin quererlo le besó, poco después surgió la llama tras ése beso fugaz e intencionado; al salir se encontró a su novio muy serio, le cogió su mano y posó en ella el anillo que pertenecía a su padre y tras esto le dijo que la dejaba porque sabía más que de sobra lo que había sucedido sin estar el presente.

Se podría decir que estaba rota por dentro aunque en realidad no era así, ya que tras contarle lo sucedido la tranquilizó si y también se besaron con timidez al principio para acabar con pasión, llegado el momento él le pidió salir y ella gustosa aceptó pues creían que estaban echos el uno para el otro.

El tiempo iba pasando para ellos, si cabe los comienzos suelen ser lo mejor para una relación que estaba destinada al fracaso pues ella tanto en su relación anterior como en ésta estaba a su vez con otro chico con el que se enrollaba a escondidas y lo hacía con el, si eran follamigos que estuvieron dos años y medio mientras hacía creerle que era el amor de su vida, me temo que su primera vez no fue demasiado bonita para recordarla en caso de que se acuerde de algo pues fue emborrachado hasta perder el control de si mismo para así poder satisfacer su ego al ser la chica con la que la perdiese, en un día en el que el aguacero era lo más normal en esas fechas y su dolor de cabeza debido a la resaca aunque para su suerte pudieron hacerlo unas cuantas veces.

Aparentemente eran felices estando juntos y se querían un montón tanto que no podrían vivir el uno sin el otro, aunque sólo era externamente pues los celos de ella eran tan desmedidos que eran constantemente motivo de reyertas, tanto es así que ella intuía que a quien amaba de verdad era a otra completamente opuesta pues podía ver con pequeños gestos como sus largas conversaciones. Por cómo la miraba cuando no se daba cuenta, quizá como a ella le hubiera gustado que lo hicieran y cómo la defendía de la mejor manera posible y pese a ello siguieron juntos hasta el año y ocho meses, la escisión llegó en una celebración dónde sus problemas estaban por encima de la cumpleañera, pues no tuvieron reparos en armar tanto escándalo y dejar claro que su amor estaba echo añicos desde hacía mucho tiempo, por lo que cada uno decidió marcharse cada uno en dirección opuestas, tras apagar los resquicios de la disputa decidió con una amiga y la cumpleañera dar una vuelta para tranquilizarse pues no era lo que había imaginado, si cabe era su peor celebración hasta el momento , por entre las calles oscuras divisaron a un chico comiéndose con una desconocida, en un primer momento dudaron de quién era aunque al acercarse un poco más hasta allí, vieron de quién se trataba  después tras esperar a que acabase lo que tenía entre manos, les dijo que no se arrepentía de nada por lo que había echo.
Unos días más tarde se reconciliaron como si ni hubiera pasado absolutamente nada y antes de aquello, se vengó de la peor forma acostándose con su mejor amigo por la "traición" además de quedar por encima y se lo dijo porque quería ver lo dolido que se sentía; unos meses más tarde se fue a vivir a Santiago de Compostela  con sus abuelos aunque tenía noticias sobre una amiga que recientemente estaba allí también, haciendo que la distancia jugase a su favor, le enviaba indirectas entre conversaciones y quedadas pues sabía que entre ellos  había una amistad aunque en una de aquellas veces el le confesó que hubiera estado con a su lado de no ser por ella; jamás sospechaba que la dijeran algo así y acto seguido se lo confesó a la que era su novia. Sus celos afloraron una vez más y se enfadó con ella sin miramientos, tras preguntarle aunque en vez de ser franco y sincero simplemente se limitó a decirle que quiso entrarle siendo todas y cada una de sus palabras mentira, ella como una tonta "enamorada hasta la médula" le creyó a pies juntillas puesto que lo más importante de su vida era él, tras esto la volvió a escribir para decirle que era una venganza porque no quiso tener nada, su relación continuaba a base de engaños, cuernos, mentiras y amor fingido dónde lo único válido era demostrarlo bajo las sábanas, entre sudores, mordiscos,jadeos y arañazos puesto que estaba muerto  si no se encontraba bajo tierra.

Lo más común entre ellos eran los celos, los gritos, les servía cualquier rincón bien fuera de bares o de calles para besarse con una pasión desbordante, con una mano suya bajo la falda y la de ella subiendo cada vez más a la entrepierna , no sin antes haberle desabrochado varios botones de la camisa y hacerle varios chupones en el cuello como marcando su propiedad además de su pertenencia. No hubiera sido extraño que en algunas de aquellas ocasiones lo hicieran en algún callejón sin salida para evitar miradas indiscretas mientras daban rienda suelta a sus deseos, por encima incluso de su razón,sus sentimientos y sus corazones resquebrajados por una relación demasiado insatisfactoria, pues todas las palabras bonitas eran puñales que se clavaban en lo más profundo, había mucho oculto que ninguno quería decir bien por evitar disgustos o simplemente porque pensaban que era mejor vivir en su ignorancia, estando bien y felices de cara a sus amigos como familiares, mientras que en la soledad sabían que era surrealista que vivieran en una mentira alimentada por ambos, que parecía que no se acabaría y estarían así el resto de sus vidas, atados entre si por algo inexistente en su interior; ella tenía miedo a quedarse sola y se aferraba como un clavo ardiendo, el en cambio no tenía la suficiente valentía para poner fin a aquello.

El reloj seguía girando más en su contra que a su favor, todo se desgastaba a gran velocidad tanto es así que en otras dos ocasiones más rompieron aunque no tardaron tanto en volver a reconciliarse, viviendo en una rutina que parecía un círculo vicioso entre ellos, sus sentimientos y el deseo que había aunque tampoco duraría pues el se iría más lejos aún a Le Soler y fue en ése preciso momento dónde todo acabó.
Ella aún guarda ésos recuerdos como si fueran oro en paño y su corazón aún tiene escrito su nombre, espera ansiosa por verle una vez más para así, hacerle revivir todo el amor que aún le pertenece pese a que le hiciera mucho daño queriendo, sin importarle demasiado todo lo que sentía porque su único motivo era ser solamente su mundo y que fuera la única en su vida; él al contrario todo aquello siente es que el peor y grave error de su vida, quiere olvidarla de una vez, ser sólo una página más que en un determinado pueda arrancar, llevándose todo con ella para así finalmente ser feliz de verdad dejando atrás tanto sufrimiento.

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