domingo, 7 de enero de 2024

El barco de las ánimas


Adrián vive con su familia en una casa cerca del puerto de Corrubedo, es un joven atlético, de ojos marrones, pelo corto y de tez caucásica, suele vestir siempre con pantalones vaqueros, unos playeros estilo converse y con preferencia por las camisas de rayas, tanto lisas como coloridas. Es muy cinéfilo tanto que podía ir durante todo el mes varias veces al cine, bien acompañado o bien solo, tanto es así que hablando con su amigo llamado Eduardo, y que compartía su pasión por el cine, en una de sus reuniones semanales, salió el tema de barcos pues Adrián estaba harto de que en los diversos canales de la televisión emitieran una y otra vez “ Titanic”. Pese a que Eduardo le dijo que había muchas películas mejores que esa; por lo tanto decidieron quedar en casa de Edu que había conseguido todas las que recomendaba. Por supuesto uno de sus deportes favoritos era la pesca deportiva, y ya en menor medida el buceo, aunque eso de ver a animales para no cazarlos no le resultaba nada divertido.


Empezaron viendo “Naufrago”, continuaron con “Cuando todo está perdido” para elegir a continuación el clásico de “ Robinson Crusoe”, y terminar con “ El señor de las moscas”, que por lo visto fue bastante bien recibida por ambos pese a que les gustó las escenas de violencia. Tan similar era la perspectiva de nuestros jóvenes, comentaron tan sólo por encima que tanto la anterior como ésta estaban basados en libros que ninguno estaba dispuesto a leer ni una sola página, total eran de la opinión de que los libros eran muy aburridos y que donde mejor estaban en las estanterías o en las bibliotecas o en su defecto en manos de bichos raros. Se dejaron la joya de la corona que era ni más ni menos que “ La aventura del Poseidón”, cuando estaban visionando la película de repente las luces comenzaron a parpadear en el momento en el que el Poseidón es golpeado y el barco es resquebrajado, para cambiar durante un momento en una imagen estática en la televisión de un barco de un buque de vela, después otra imagen superpuesta de las dunas de Corrubedo, a continuación otra con la bandera francesa con el año 1985 y después un mes, mayo con una imagen estática de Vilagarcía de Arousa y mientras estaba con un fondo negro con “ Pedro” en la parte superior y en color rojo 89, se podía oír en la habitación el sonido del mar batiendo fuertemente contra la puerta y … ¿ unos gritos? de fondo o eso creían.  


Después la película siguió con normalidad hasta su punto final. Tras ese extraño suceso se despidieron, y Adrián se fue hacia su casa en bus urbano, tan agotado estaba del cansancio que llevaba en el cuerpo acumulado de toda la semana que intentó cerrar los ojos para hacer rato hasta que llegaba a su parada; consiguió cerrar los ojos durante unos minutos en los que le venían fogonazos a la mente con las imágenes como si fueran unas diapositivas, cada vez más rápido, en bucle, sin pausa, solo cada vez más rápido, hasta terminar con un fogonazo repentino en una imagen que solo contenía una palabra: SOS. Además de pasar a otra imagen que se veía una gran cantidad de tuberías, planchas, como si fuera una zona de mantenimiento. Despertó de golpe, como cuando caes al vacío en un sueño, tras notar como alguien le zarandeaba del brazo. Abrió los ojos exaltado para darse cuenta de que estaba a punto de llegar a su parada, tras apearse del bus y sin apenas ganas de caminar hasta su casa, intentó escribir a Edu sobre lo ocurrido en el trayecto, éste sólo le quitó importancia diciendo que eran exageraciones suyas, que eso de ver tantas películas de naufragios le habían afectado y que él estaba bien. 

     

Los días seguían pasando y las imágenes y voces en sueños no cesaban, gritando en idiomas que no conocía pero que intuía que podían ser francés o vasco, e incluso sentía como una sensación de que se ahogaba. A esto tenía que añadirle que el despertador llevaba una semana sonando cada medianoche, a pesar de que no estaba conectado a la corriente, lo cual le sorprendía y preocupaba a partes iguales, tanto es así que pese a comentarlo con varias amistades le comenzaban a tachar de loco y de que imaginaba cosas; en una de sus últimos sueños se veía bajo el agua, y tan sólo volvía a ver de nuevo, hierros, tuberías, restos de carga, parte de la  maquinaria y también un poco más arriba una especie de caldera, a mayores sentía sin motivo aparente como si algo tirase de él en esa dirección, como si le arrastrase en contra de su voluntad. Incluso en ese sueño oía que le gritaba una voz, amortiguada al sonar bajo el agua “ Adrían por favor. Necesito que me ayudes. Sácame de aquí. Estoy encerrada. Eres el único que puedes oírme”, tras escuchar estas palabras aparece una joven de tez pálida desgarrada, mortecina, casi transparente en la que se notaban perfectamente cada una de las venas incluso pudiendo ver casi todo su esqueleto a través, ojos azules sin vida, y una boca de la que salía la voz a pesar de que no vocalizaba si no que permanecía la mandíbula abierta, desencajada vestido de una época pasada con múltiples desgarros y alguna manchas de moho. Vuelve a enfocar de nuevo la mirada a sus ojos y la imagen cambia completamente, viéndola ahora con una ropa más actual e impoluta, algo le impulsa a acercarse a ella para sin poder evitarlo, sin previo aviso recibir en los labios un beso de aquella fantasmal figura, desarmándole por completo. Adrián había olvidado mentalmente el aspecto anterior de la figura, ese aspecto como del otro mundo y solo ve ese aspecto más de acorde a su época. 


Repentinamente oye el sonido de una alarma estridente, agarra el despertador que se ilumina mientras no deja de sonar, tira del cable pero de nuevo no estaba conectado si no que colgaba a un lado de la mesillas de noche, vuelve a mirar al despertador y ya no suena, ni está encendido, lo toca, está frío como si en ningún momento hubiera estado conectado. 


Tras vestirse y asearse decide bajar a desayunar, mientras está en ello intenta buscar sin éxito algo de su ya nueva obsesión, pues pese a buscar por Google da palos de ciego, una y otra vez, pese a que de casualidad consigue dar con una noticia titulado “ El desastre del Titanic gallego” hablando por encima de un barco naufragado, sin dar muchos datos pues sólo hay generales. Pese a todo le pareció ver casi al final la noticia una nota escrita en máquina de escribir que rezaba “Estimado Adrián, ha sido un placer conocerte pese a que lo haya sido más besarte, ha sido como un aliento de vida puesto que me has devuelto las ganas de vivir, estoy harta del frío que me cala los huesos. Durante estos días nos veremos por frecuencia en tu ciudad hasta que lo nuestro sea tangible, real y sincero hasta entonces sólo tú podrás verme, tocarme, hablarme mientras nos conocemos. Tuya siempre miss Barbeau”.

   

Así fue como dio comienzo el principio de su romance y enamoramiento como el principio del fin de Adrián, pues tras varias citas cuanto menos peculiares, dónde el amor flotaba en el aire del mismo modo que un olor a salitre que te llenaba los pulmones. Después de muchas caricias, besos, como más de una consumación de su amor tan intenso; donde su amistad con Edu se quebró había llegado el momento de hacer la última demostración de amor que era estar juntos por la eternidad. Habían quedado en hacer apnea en unas cuevas sobre las que ella le había hablado y que iban a menudo. Tras disfrutar de la apnea al menos de casi toda la ruta, que habían planificado con anterioridad, sin darse cuenta Adrián, se metieron en una gruta que cuya entrada desapareció nada más cruzarla; eso comenzó a inquietarle, pese a que ella continuaba tranquila mientras  que llegaban hasta un barco. Por lo que preocupado por el poco oxígeno que les quedaba se dieron un beso, tras ello, Adrián sintió de nuevo aquella corriente tirando de él hacia el barco, atrayéndolo, donde tras muchos intentos por escapar nadando era como si en sus piernas tuviera unas cadenas que lo atasen al fondo. Quiso entonces mirar a su novia de la que estaba tan enamorado, para recibir un nuevo beso húmedo y frío, al mirarla de nuevo a la cara vio aquella imagen de nuevo, la de su sueño, aquella mujer de piel mortecina, casi transparente, como fantasmal, pero en esta ocasión su mitad inferior era como de un pez, como de una sirena aunque compartía la transparencia del resto de su cuerpo. Nadaba con toda tranquilidad por los restos del barco hundido entre ecos de las vidas que allí se perdieron, como fantasmas anclados a aquel lugar. Mientras, ella sonreía hacía Adrián haciéndole gestos de bienvenida y diciéndole palabras que tardó en entender mientras nervioso miraba como el indicador de oxígeno se terminaba. “Bienvenido a tu nuevo hogar amor, juntos por la eternidad”.


Los padres de Adrián al temerse lo peor, avisaron a las autoridades pese a que muchas personas creían que sólo lo hacía por llamar la atención de sus amigos, su amigo Eduardo unos días después tras unas búsquedas intensivas decide ir a bucear él solo por cuenta y  riesgo al “ Mar Egeo” puesto que se había obsesionado a bucear en pecios, tras bajar hasta la zona de proa del barco mientras iba admirando la fauna marina, le pareció ver algo que sobresalía por entre unos hierros de la popa, tras irse acercando lentamente se chocó de bruces con el cuerpo de su amigo Adrián en perfecto estado dándole la impresión de estar durmiendo y con una sonrisa en los labios y ver que sus pies estaban atados entre una red de pesca o algo similar a un saliente del metal del barco; así pues quiso llegar a tocarlo para que en cuanto subiera avisar a las autoridades de dónde estaba su cuerpo pero tan repentinamente como apareció se esfumó; tras esta experiencia tan traumática Eduardo abandonó por completo su afición por el mar, y huyó de toda de la costa, adentrándose al interior, buscando alejarse de ríos, lagos, mares… de toda masa de agua que le recordase aquel fatídico encuentro. 




FIN 


Entrevistas como autora

 Tras publicar " La transformación" me han hecho varias entrevistas aquí os dejo algunas de ellas: 

Entrevista a Bárbara Fernández Blanco - Sheila G. Frutos (sheilagfrutos.es)

Entrevista a... Bárbara Fernández (eugeniatorresescritora.blogspot.com)

𝘕𝘪𝘯𝘢 𝘝𝘦𝘳𝘢 Escritora (@nina_vera_escritoraynovelista) • Fotos y videos de Instagram












sábado, 21 de octubre de 2023

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 Ha llegado el momento de avanzar sin titubear aún por mucho que duela y las heridas aún están recientes, aunque si he superado cosas peores seguramente termine por hacerlo con ésta, quizá tarde algo más o menos. No voy a negar que duela y que a la par me parezca injusto todo lo que ha sucedido en un parpadeo, parece un mal sueño pese a saber que es demasiado real , al menos me quedo con la conciencia tranquila de que al menos lo he intentado todo lo posible.

 Sé que los comienzos serán duros aunque será cuestión de tiempo que aprenda a vivir sin tu presencia en mi vida, por muy crudo que suene a fin de cuentas la vida es un ciclo y de todo hay un aprendizaje queramos verlo o no, aún por mucho que pueda llegar a doler a veces más u otras menos aún sabiendo que todo ello a la larga conlleva un aprendizaje del que no todo el mundo está dispuesto a entenderlo. Es complejo el sinfín de emociones que te embargan pasando de un extremo al otro casi sin ser consciente, aún así en los momentos dónde más flaqueas hay quien te tiende una mano o tener un hombro sobre el que llorar e incluso calmar nuestros temores también en ocasiones nuestros demonios si intentan avanzar hasta dominar nuestra voluntad a su merced.

 Si no entiendes que ha llegado el momento de seguir hacia adelante y pasar página mientras buscas un lugar o gente que vibre en consonancia contigo, eso no quiere decir que tengais que compartir gustos en común o aficiones y que ni las vivencias sean similares e incluso parecidas, eres capaz de dejar atrás todas aquellas personas que no te han tratado con el amor, respeto y cariño que mereces tanto en una relación de pareja, amistad dónde la reciprocidad, la confianza sean uno de los pilares como el respeto, la empatía además de aceptar en toda su esencia a la otra persona aún con el bagaje de su pasado detrás; de sus errores porque eso no siempre tiene por qué definirlos.