viernes, 11 de febrero de 2022

Abriendo las puertas de mi corazón

 Me he perdido entre las páginas de todos los libros que he leído, otros tantos que habré releído otras tantas veces, he viajado más de un millar de veces a lugares diferentes, casi diría completamente opuestos. He amado las veces que con intriga me he desvivido por llegar al final de cada libro aún sabiendo que significa que ha terminado la historia, las diferentes perspectivas de cada personaje, las reflexiones y las distintas formas de enfrentarse a la vida de todos y cada uno de ellos;  todos con personalidades diferentes y todos con algo que aportar al lector.


  Así mismo me he perdido entre mis dudas, miedos, inseguridades mientras he intentado aceptar mis sombras de la mejor manera que sé como del mismo modo el canalizar todos aquellos temores y dudas que asaltan de vez en cuando mi mente, como si pender de un hilo en un rascacielos entre una posible caída sin apenas ningún punto de apoyo con el que sujetarme antes de caer al abismo que se abre ante mis ojos ; no significa ni mucho menos que no haya derramado más de una lágrima, que las circunstancias me desbordan sin comprender qué hacer o cómo reaccionar, que aún habiendo perdido los nervios alguna vez aunque quizá se han adueñado mis miedos de mí además de que no comprenden el tsunami o el huracán que se esconde tras la calma o paz que suelo aparentar.


He querido perderme un millón de veces entre la gente, entre miradas que cuentan historias que sus labios no dicen también el hacerlo entre mitos, leyendas, fantasías y sueños entre otros; aún con heridas y cicatrices me han hecho  seguir hacia adelante pese a las caídas, los baches e incluso los tropiezos. Quise perderme entre recuerdos vividos, experiencias compartidas con quienes te hacen disfrutar de la vida y que siempre suman por mucho que las adversidades se encuentren tras cada esquina aún conviviendo con la incertidumbre y pese a ello he crecido acompañada por ellos mientras que yo a su vez les he tendido mi mano cuando lo han precisado, por mucho que tiempo después se hayan marchado por decisión propia o por mi elección ante lo que se me ha presentado según las experiencias , las mismas circunstancias o cualquier otra vicisitud; pretendí en alguna ocasión dar tanto de mi hasta desgastarme tanto que apenas era consciente de ello sin recibir nada a cambio por su parte pese a que sabía que habían terminado ganando y yo perdiendo al menos me sirvió para aprender a rodearme de personas que fuera algo equitativo dar lo mismo que recibes. 

  Intenté con mucha dificultad dejar de ser tan perfeccionista, metódica, exigente y compleja con algunos menesteres que sólo hacían sentirme infeliz, exigente conmigo misma sin darme cuenta de que estaba equivocada porque eso no me haría feliz, pese a que haya pasado el tiempo soy más feliz siendo como soy aún siendo compleja a ojos de algunas personas también difícil, rara , con otros tantos adjetivos en un intento de menospreciarme  por quien fui, soy y seré además de creerse con la intención de juzgarme como si fuera un objeto en vez de una persona con sentimientos, deseos, sueños como del mismo modo vivencias que han dejado huella en lo más profundo de mi ser. Estimé oportuno sanar las heridas que otros con alevosía y premeditación me causaron porque decidí que tenía que hacerlo por mi misma, a su vez busqué en mí todo aquello que esperaba encontrar fuera y también hallar lo especial de cada persona a través de los latidos silenciosos de su corazón sabiendo que ahí se descubre las singularidades como el valor, el potencial y todo lo que puede ofrecer una persona a otra, sin fijarme en lo físico quizá algo bastante en la personalidad y la forma de ser porque son importantes para mí.