A veces aún por mucho que unas heridas se abran o aparezcan unas nuevas, tocará crear un refugio dentro de nosotros para hallar la manera de darnos tiempo a cerrarlas aún sin tener por qué cicatrizarse. No niego que ese pequeño acto sea algo más insondable donde el ahondar en nosotros mismos en toda una revolución, de la que no muchos están dispuestas a llevarlas a cabo.
El dolor cada uno muestra su manera de sobrellevarlo, sé que a veces no es fácil y ante todo cuesta afrontarlos de la misma manera de superarlo, en ocasiones que ese sentimiento se instale en nosotros quiere decir que tiene algo que mostrarnos pues de nosotros depende aquello que queremos hacer sin aprender de ello o por el contrario dejar que nos inunde hasta llegar a desbordarnos. Es bien sabido que de nosotros depende en gran medida si queremos seguir avanzando y buscar nuestras propias respuestas, creciendo a pasos agigantados cuando no deseamos crecer en cambio no tenemos otra opción, nadie ha dicho que la vida sea fácil pues somos quien toma las decisiones.
Todas las personas cometemos errores y decisiones a la par algunas con mejores resultados que otras, con consecuencias que no todos están dispuestos a aceptar pues precisamente los resultados no siempre son los esperados, a veces dejan otros sentimientos difíciles de expresar a la par que gestionar; posiblemente las altas expectativas o esperar demasiado de otras personas nos llevan a equivocarnos y con ello aprender.
Florecer es todo un viaje del mismo modo que crecer para encontrar nuestra mejor versión.
