He aprendido con el paso del tiempo que es mejor dejar ir a quién tiene intenciones de marcharse aunque eso para nosotros al principio sea algo doloroso por todo lo compartido hasta ese momento, ya no es sólo la confianza que se ido diluyendo o que simplemente vivís dos épocas distintas con sus pertinentes percepciones. Es mucho más sencillo aceptarlo mientras dejas que las cosas fluyan, independientemente de que respetes más o menos dicha decisión por mucho que te afecte directa o indirectamente, a fin de cuentas no eres nadie para cuestionar o juzgar las decisiones o actos de otras personas ni ellas lo son quienes para hacerlo contigo. A veces es mejor no insistir, ni presionar,ni tan siquiera hacer ver cómo se ven las cosas desde tu propio prisma porque no siempre merece la pena gastar tu energía en hacerlo, tampoco en sacar las garras para pelear porque hay ocasiones en las que ninguna de las dos partes va a ceder, otras puede haber cierto entendimiento y otras empeorar la situación más de lo que estaba, siendo insostenible. Que alguien se vaya de tu vida porque ya cumplió su función en ella como visto de la manera inversa, puede que las primeras veces sea muy doloroso aunque pasado un tiempo será más sencillo pasar página mientras sigues con tu vida, es posible que te invada la nostalgia y recuerdes a todos los que en algún momento formaron parte de ella, pese a que la vida da muchas vueltas y tampoco sabes a ciencia cierta lo que te encontrarás. En ocasiones también es innecesario dar tu propia perspectiva porque ése tipo de decisiones ya están tomadas mucho antes de que te digan algo o no te lo digan, dado que tampoco les parece relevante pues eso no servirá para absolutamente nada, dado que tu verdad no será válida, queriendo mantener a cualquier precio la suya independientemente de todas las consecuencias que conllevarán puede que a corto plazo no haya ninguna aunque a veces a largo plazo a veces todo eso hace mella en uno por todo aquello que no se puede muchas veces cuantificar ni cualificar.
