martes, 27 de agosto de 2019

Engaños que nublan la vista


   Es tremendamente fácil pensar que la vida es un camino de rosas en determinadas circunstancias, después de la tormenta siempre llega la calma o al menos eso dicen aunque hay ocasiones en que no se dá de la forma que tanto imaginamos, no diría que es cuestión del momento más bien de nuestra perspectiva a la hora de de hacerle frente, si es que en algún momento lo llegamos a hacer por otro motivo, como es negar lo evidente y hacer como si no fuera nada e incluso dar por sentado que será pasajero y si vemos que la cosa está estancada, pretendemos romper de alguna manera para que la situación mejore si existe interés alguno.

   A  veces en otras ocasiones ni aún con ésas mejora, simplemente se comienza con la indiferencia, culpando y juzgando al otro de todo lo que no hizo que supuestamente tenía que saber o hacer en vez de valorar todo aquello que hizo y que apenas se le prestó atención, para acabar siendo unos completos desconocidos aunque se puede dar el caso de que sea uno el que luche contra viento y marea desde el principio dando más él que la otra persona porque sólo le interesa lo mínimo, quizá por cumplir; curiosamente suelen ser los primeros en poner el grito en el cielo además de exigir, criticar, juzgar para que te adaptes a ellos hasta incluso actuar o hacer lo que quieran, pese a que si eres quien les dice algo casualmente lo que no les gusta oír ya eres de todo menos bonito, se ofenden debe de ser porque se creían con total libertad a juzgarte y con todo el derecho de hacerlo aunque si les haces lo mismo les parece lo peor.


   Con los años además de mucha experiencia, he comprendido que en cualquier tipo de relación debe de hacer cierto equilibrio por mucho que a veces sea descompensado por las circunstancias, como un interés mutuo de ayudar al otro a crecer como persona, con quien compartir música, juegos. libros hasta fiestas, reflexiones pasando por baches,caídas, victorias, lágrimas y hasta sonrisas; muchas veces los que dicen quererte y comprenderte al final son otros y que en cualquier tipo de relación que reme siempre uno para que funcione no es nada bueno, tampoco sano pues se pensará que se han aprovechado de uno, que es “su culpa” que todo terminase cuando personas así son de los que se juegan hasta la última carta además de poner de su parte para que funcione. Sí lo cierto es que apenas se valora y tampoco muchos son capaces de entender dicho dolor, tristeza y sufrimiento por el que pasan hasta que llegan a su vida que lo valoran como realmente merece y así mismo el ponerse en valor como persona.