domingo, 26 de enero de 2025

Carta lo que no pudo ser



 Ha pasado muchísimo tiempo desde la última vez que nos vimos aunque sé que a pesar de los años en muchos aspectos somos diferentes no sólo al físico sino también a experiencias y vivencias entre otras, aunque fue bastante doloroso saber que cuando tenías el balón en tu tejado porque eres de ése tipo de personas que nunca toman la iniciativa ante nada que no les interese o beneficie, ya que siempre han conseguido que otros sean los que lleven la iniciativa para cualquier tipo de relación contigo. 

Seguramente tanto yo como mi vida haya dejado de importarte lo suficiente cómo para que mis sentimientos acerca de lo que un día fue nuestra amistad, estén a la vista de todos aunque si pretendes venir a reclamar algo quizá primero deberías reflexionar acerca de tus errores, de tus actos como también me parece relevante el mero hecho de molestarte de una vez por todas en conocerme en profundidad no sólo con mis luces y mis sombras sino también por mis gustos y aficiones que son tan válidas como las tuyas. También he sido muy consciente de que casi nunca fui una prioridad para ti tan sólo una opción constante, sólo te interesaba vernos cuando tus otros planes daba igual con quién fueran no sucedían, también el hacerme recorrer kilómetros en más de una ocasión para verte posiblemente durante un par de horas o quizá algo menos pues supongo que hacer los mismos kilómetros para quedar en un sitio intermedio o venir hasta cerca de casa siempre era mucho pedir.


Cuando me di cuenta de que preferías sacarme de tu vida a demostrarme cuánto te importaba en ése momento no es que fuera doloroso, había vivido situaciones que eran más dolorosas que aquello como por ejemplo poner la celebración de tus cumpleaños cuando yo me iba de fin de semana, yo currarme mucho tus regalos teniendo en cuenta tus gustos y tú bueno tirando siempre de maquillaje como si las indirectas de los libros no sirvieran de mucho, aunque el descubrir que habías cogido un vestido como mi regalo de cumpleaños pero qué al haber sido el último en la tienda pues decidiste que fuera para ti; o cada vez que te decía de quedar estabas demasiado ocupada y que luego cuatro meses después eras tú quién decía de quedar.  Para ti una de las diferencias más latentes era que jugábamos en distintas ligas, supongo que era ésa tu manera no muy sutil de que tú siempre ibas a estar por encima como que no te podría superar hiciera lo que hiciera porque tú terminarías por sobresalir o destacar, porque más de una vez me dejaste claro que eran más prioritarios tus problemas como dramas que dedicar una hora de tu vida a escucharme e intentar comprenderme, pero bueno al final por mucho que te escondas  y te protejas entre corazas blindadas para protegerte como a tu corazón; tampoco veo que a largo plazo sirva de mucho cuando de alguna manera buscas herir intencionalmente bien a través de tus palabras, actos como actitudes a personas a quién supuestamente aprecias y me temo que eso no te deja en buen lugar a ti. 


No me parece muy sano eso de hacer como que determinadas personas no han existido en tu vida, más que nada porque estás negando el valor como el lugar que ésas personas tuvieran en tu vida como si hubiesen sido parias, aún usando el pretexto de cortar lazos y aunque intuyo que yo soy una de ellas, de alguna manera estás admitiendo inconscientemente que cuando tenías que ponerme en valor nuestra amistad como a mí, buscaste la solución fácil porque tú al final ibas a terminar ganando; pese a todo sé que sigues buscando ser el centro de atención de muchos hombres aún no siendo completamente honesta en determinadas circunstancias contigo acerca de tus sentimientos como tampoco veo muy coherente el molestarte y enfadarte un montón por algo que se podía solucionar dialogando con la gente en vez de buscar ponerte en plan víctima para así tachar a todo el mundo de malas personas.  Las relaciones por norma general suelen ser cosa de dos así mismo también buscar una reciprocidad y un apoyo sano, seguro como también una confianza lo suficientemente grande para ante un problema buscar una solución conjunta en vez de que uno tenga que tener siempre la razón, mientras que la otra persona tenga que ceder siempre ante todo y por todo para evitar hacerte responsable de tus actos, éstos que son tan cuestionables.